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  • Foto del escritorMIGUEL PEDRO MAZON BALAGUER

BREVE GUIA SOBRE LA LEY DE PROPIEDAD HORIZONTAL

La Ley de Propiedad Horizontal: “Una guía para entender tus derechos y obligaciones como propietario de una vivienda en comunidad"


Introducción:


La Ley de Propiedad Horizontal es una normativa que regula la convivencia y las relaciones entre los propietarios de una comunidad de vecinos. Esta ley establece los derechos y las obligaciones que tienen los propietarios de un inmueble en régimen de propiedad horizontal, así como las normas que deben seguirse para garantizar una convivencia armoniosa entre los vecinos.


En este libro, te explicaré todo lo que necesitas saber sobre la Ley de Propiedad Horizontal. Te enseñaré los conceptos básicos, los derechos y las obligaciones que te corresponden como propietario de una vivienda en comunidad y te explicaré cómo funcionan las juntas de propietarios y los procedimientos para llevar a cabo acuerdos y resoluciones.


Capítulo 1: Conceptos básicos


En este capítulo, te explicaré los conceptos básicos que necesitas conocer para entender la Ley de Propiedad Horizontal. Te hablaré sobre el régimen de propiedad horizontal, la comunidad de propietarios, los elementos comunes y privativos, el coeficiente de propiedad y la figura del administrador de fincas.


Capítulo 2: Derechos y obligaciones de los propietarios


En este capítulo, te explicaré los derechos y las obligaciones que te corresponden como propietario de una vivienda en comunidad. Te hablaré sobre el uso de los elementos comunes, las obras y reformas, el pago de las cuotas de la comunidad y la asistencia a las juntas de propietarios.


Capítulo 3: La junta de propietarios


En este capítulo, te explicaré cómo funcionan las juntas de propietarios y cuáles son sus competencias. Te hablaré sobre la convocatoria de las juntas, la adopción de acuerdos y las mayorías necesarias para su aprobación.


Capítulo 4: Procedimientos para la adopción de acuerdos


En este capítulo, te explicaré los procedimientos que se deben seguir para la adopción de acuerdos en una comunidad de propietarios. Te hablaré sobre el acta de la junta de propietarios, el derecho de información, la impugnación de acuerdos y la vía judicial.


Capítulo 5: El administrador de fincas


En este capítulo, te explicaré qué es un administrador de fincas y cuáles son sus funciones en una comunidad de propietarios. Te hablaré sobre su nombramiento, sus competencias y las obligaciones que tiene con los propietarios.


Capítulo 6: La Ley de Propiedad Horizontal y las viviendas turísticas


En este capítulo, te explicaré cómo afecta la Ley de Propiedad Horizontal a las viviendas turísticas. Te hablaré sobre la regulación de estas viviendas en las comunidades de propietarios y las limitaciones que existen para su explotación.


CAPITULO I: CONCEPTOS BÁSICOS.

En este capítulo, se explicarán los conceptos básicos que se necesitan conocer para entender la Ley de Propiedad Horizontal. A continuación, se detallan los principales términos que se abordarán:


Régimen de Propiedad Horizontal:

Se refiere a la forma en que se divide y se organiza un edificio o conjunto de edificios para que cada propietario tenga su propia vivienda y, al mismo tiempo, compartan áreas comunes como escaleras, jardines, piscina, etc.


Comunidad de Propietarios:

Es el conjunto de propietarios que comparten la propiedad de un edificio o conjunto de edificios. Se rigen por una normativa común, la Ley de Propiedad Horizontal, y deben tomar decisiones en conjunto para el mantenimiento y la conservación de las áreas comunes.


Elementos comunes:

Dentro de una comunidad de propietarios, existen una serie de elementos que son de uso común para todos los propietarios. Estos elementos se conocen como elementos comunes, y su uso y conservación es responsabilidad de todos los propietarios de la comunidad.


Entre los elementos comunes más comunes, podemos destacar:


Fachadas, cubiertas y elementos estructurales: son los elementos que forman parte del edificio y que son responsabilidad de la comunidad de propietarios su conservación y mantenimiento.


Portal, escaleras y ascensores: son los elementos que facilitan el acceso a las viviendas y su uso es compartido por todos los propietarios.


Patios y jardines: son espacios comunes de la comunidad que pueden ser utilizados por todos los propietarios.


Instalaciones y servicios comunes: como pueden ser la instalación eléctrica, de fontanería o de gas, así como la limpieza y mantenimiento de las zonas comunes.


Elementos de seguridad: como son las puertas de acceso al edificio, los sistemas de alarma, cámaras de seguridad, etc.


Es importante destacar que los elementos comunes son de uso y disfrute compartido entre todos los propietarios, por lo que su conservación y mantenimiento es responsabilidad de todos. Además, los costes derivados de la conservación y mantenimiento de los elementos comunes deben ser compartidos entre todos los propietarios de la comunidad, en función de su cuota de participación en la misma.


En este sentido, la Ley de Propiedad Horizontal establece que los propietarios deben contribuir a los gastos generados por la conservación, mantenimiento y reparación de los elementos comunes en proporción a su cuota de participación en la comunidad de propietarios. Asimismo, establece que cualquier propietario puede exigir a la comunidad la reparación de los elementos comunes que afecten a su vivienda o local.


Por otro lado, es importante destacar que los elementos comunes pueden ser objeto de mejoras o reformas, siempre y cuando estas sean aprobadas por la junta de propietarios y se ajusten a la normativa vigente. En este caso, los costes derivados de estas mejoras o reformas también deben ser compartidos entre todos los propietarios de la comunidad.


En resumen, los elementos comunes son una parte fundamental de cualquier comunidad de propietarios, y su conservación, mantenimiento y uso compartido es responsabilidad de todos los propietarios. La Ley de Propiedad Horizontal establece las normas necesarias para garantizar la conservación y buen uso de estos elementos, así como para establecer los criterios de reparto de los costes generados por su conservación y mantenimiento.


Elementos privativos:

Los elementos privativos en una comunidad de propietarios son aquellos que pertenecen de manera exclusiva a cada propietario individualmente, y que son de su uso y disfrute exclusivo. Estos elementos son los que conforman cada vivienda o local dentro del edificio y que, por tanto, son de propiedad privada.


Entre los elementos privativos más comunes podemos destacar:


Viviendas o locales: son los espacios privados de cada propietario dentro del edificio, que utilizan y disfrutan de manera exclusiva.


Terrazas, balcones y patios: son elementos que pueden formar parte de una vivienda o local y que también son de uso privativo.


Plazas de aparcamiento o trasteros: son elementos que se pueden adquirir de manera independiente a la vivienda o local y que son de uso y disfrute exclusivo del propietario.


Es importante destacar que los elementos privativos no pueden ser modificados sin el consentimiento de la comunidad de propietarios y siempre y cuando no afecten a la estructura del edificio ni a los elementos comunes. Además, cualquier modificación que se realice en un elemento privativo debe cumplir con la normativa vigente y contar con las autorizaciones necesarias.


Por otro lado, los propietarios de los elementos privativos tienen la responsabilidad de mantenerlos en buen estado de conservación y de realizar las reparaciones necesarias, tanto en el interior como en el exterior de su propiedad.


En cuanto a las obligaciones económicas, los propietarios de los elementos privativos deben contribuir a los gastos derivados de los servicios y suministros que utilizan exclusivamente, como puede ser el suministro eléctrico o de agua de su vivienda o local. Asimismo, también deben contribuir a los gastos generales de la comunidad, en función de su cuota de participación en la misma.


En resumen, los elementos privativos son aquellos que pertenecen de manera exclusiva a cada propietario y que son de su uso y disfrute exclusivo. Los propietarios tienen la responsabilidad de mantenerlos en buen estado de conservación y de contribuir a los gastos derivados de su uso exclusivo, así como a los gastos generales de la comunidad en función de su cuota de participación.


Coeficiente de propiedad:

El coeficiente de propiedad es un término muy utilizado en la Ley de Propiedad Horizontal para referirse a la cuota de participación que tiene cada propietario en la comunidad de propietarios. Este coeficiente se establece en función del valor de cada elemento privativo y de su participación en el conjunto del edificio o urbanización.


El coeficiente de propiedad se calcula dividiendo el valor total de la propiedad por el valor de cada elemento privativo. El valor total de la propiedad se refiere al valor total del edificio o urbanización, incluyendo tanto los elementos privativos como los elementos comunes. A partir de este valor se establece una cuota porcentual para cada propietario, que refleja su participación en el conjunto de la propiedad.


Es importante destacar que el coeficiente de propiedad no solo se utiliza para establecer la participación de cada propietario en los gastos generales de la comunidad, sino también para la adopción de acuerdos que requieran una mayoría cualificada, como la aprobación de obras o reformas que afecten a elementos comunes o la modificación de los estatutos de la comunidad.


Además, el coeficiente de propiedad también puede tener implicaciones en caso de impago de deudas por parte de algún propietario. En este caso, la comunidad de propietarios puede exigir el pago de las deudas a través de un procedimiento de reclamación judicial, y el propietario moroso deberá hacer frente a la totalidad de la deuda correspondiente a su coeficiente de propiedad.


En resumen, el coeficiente de propiedad es un elemento fundamental en la Ley de Propiedad Horizontal, ya que establece la cuota de participación de cada propietario en la comunidad de propietarios. Este coeficiente se calcula en función del valor de cada elemento privativo y de su participación en el conjunto de la propiedad, y tiene implicaciones tanto en la toma de decisiones de la comunidad como en el pago de las deudas correspondientes a cada propietario.


Administrador de Fincas:

Es una figura profesional que se encarga de la gestión y administración de la comunidad de propietarios. Entre sus funciones se encuentran la gestión de las cuentas de la comunidad, el control del mantenimiento de las áreas comunes, la convocatoria y organización de las juntas de propietarios, etc.


El administrador de fincas es un profesional encargado de la gestión y administración de comunidades de propietarios. Su función principal es la de garantizar el correcto funcionamiento de las comunidades y velar por el cumplimiento de la Ley de Propiedad Horizontal.


Entre las funciones del administrador de fincas se encuentran la elaboración y gestión del presupuesto anual de la comunidad, la convocatoria de las reuniones de propietarios, la elaboración de actas de las reuniones y la gestión de las actas y documentos relacionados con la comunidad. Además, también se encarga de la gestión y mantenimiento de los elementos comunes, como la limpieza y el mantenimiento de las zonas comunes, el control del consumo de agua y energía, y la gestión de los seguros de la comunidad.


Otra función importante del administrador de fincas es la gestión de los cobros y pagos de la comunidad. Es responsable de la emisión de las cuotas correspondientes a cada propietario, el seguimiento de los pagos y el control de los impagos. En caso de que algún propietario no cumpla con sus obligaciones de pago, el administrador de fincas debe iniciar los procedimientos legales necesarios para exigir el cumplimiento de sus obligaciones.


El administrador de fincas debe tener un conocimiento amplio de la Ley de Propiedad Horizontal, así como de otras normativas relacionadas con la gestión de comunidades de propietarios, como la normativa fiscal o de protección de datos. Además, es importante que tenga habilidades de gestión y negociación, ya que debe ser capaz de mediar en conflictos entre propietarios y tomar decisiones que beneficien a la comunidad en su conjunto.


En resumen, el administrador de fincas es un profesional fundamental en la gestión de comunidades de propietarios. Su función principal es la de garantizar el correcto funcionamiento de la comunidad y velar por el cumplimiento de la Ley de Propiedad Horizontal. Para ello, debe contar con un conocimiento amplio de la normativa y habilidades de gestión y negociación que le permitan mediar en conflictos y tomar decisiones que beneficien a la comunidad en su conjunto.


Es importante conocer estos conceptos básicos para entender la Ley de Propiedad Horizontal, ya que establecen la base para entender los derechos y obligaciones que tienen los propietarios, así como las normas y procedimientos que deben seguirse para garantizar una convivencia armoniosa entre los vecinos. Con una comprensión clara de estos términos, los propietarios podrán participar activamente en la toma de decisiones y en la gestión de su comunidad de propietarios


CAPITULO II: DERECHOS Y OBLIGACIONES DE LOS PROPIETARIOS.

En este capítulo se explicarán los derechos y obligaciones de los propietarios en una comunidad de propietarios, en el marco de la Ley de Propiedad Horizontal. A continuación, se detallan los principales puntos que se abordarán:


Derechos de los propietarios:

Los propietarios tienen una serie de derechos que deben ser respetados por la comunidad de propietarios. Entre ellos se encuentran:


Derecho al uso y disfrute de su propiedad privada: cada propietario tiene derecho a utilizar su vivienda, trastero, garaje u otros elementos privativos según su conveniencia y necesidades. El derecho al uso y disfrute de la propiedad privada es uno de los derechos fundamentales de los propietarios de una vivienda o local dentro de una comunidad de propietarios. Este derecho se encuentra regulado en la Ley de Propiedad Horizontal, y garantiza a cada propietario el uso y disfrute de su propiedad de forma exclusiva y privada.


El derecho al uso y disfrute de la propiedad privada implica la libertad de uso y disfrute de la propiedad, siempre y cuando se respeten los derechos de los demás propietarios y se cumplan las normas establecidas en la comunidad de propietarios. Así, cada propietario tiene el derecho a utilizar su propiedad privada sin interferir en la propiedad privada de otros propietarios.


Además, el derecho al uso y disfrute de la propiedad privada también implica la responsabilidad de mantener y conservar la propiedad, así como de garantizar su seguridad. Esto implica que cada propietario es responsable de mantener su propiedad en buen estado y realizar las reparaciones necesarias para evitar daños a la propiedad común.


Sin embargo, es importante tener en cuenta que el derecho al uso y disfrute de la propiedad privada no es absoluto, ya que existen ciertas limitaciones que se establecen en la Ley de Propiedad Horizontal. Por ejemplo, los propietarios no pueden realizar modificaciones estructurales en su propiedad sin la autorización de la comunidad de propietarios, y deben respetar las normas establecidas en cuanto a ruido y horarios de uso de las instalaciones comunes.


En resumen, el derecho al uso y disfrute de la propiedad privada es un derecho fundamental de los propietarios de una vivienda o local dentro de una comunidad de propietarios. Este derecho implica la libertad de uso y disfrute de la propiedad, siempre y cuando se respeten los derechos de los demás propietarios y se cumplan las normas establecidas en la comunidad de propietarios. Además, este derecho también implica la responsabilidad de mantener y conservar la propiedad, así como de garantizar su seguridad.


Derecho a las zonas comunes: los propietarios tienen derecho a utilizar y disfrutar de las zonas comunes del edificio, siempre y cuando lo hagan respetando las normas y horarios establecidos.


El derecho a las zonas comunes es otro de los derechos que se derivan de la propiedad horizontal, y se refiere al derecho que tienen los propietarios de una comunidad de propietarios de utilizar y disfrutar de las zonas comunes del edificio o conjunto residencial.


Las zonas comunes son aquellas partes del edificio o conjunto residencial que son propiedad común de todos los propietarios, y que se encuentran destinadas al uso y disfrute de todos ellos. Entre las zonas comunes más comunes se encuentran los patios, jardines, piscinas, ascensores, escaleras, pasillos y otras instalaciones que sean necesarias para el mantenimiento y conservación del edificio o conjunto residencial.


El derecho a las zonas comunes implica la libertad de uso y disfrute de estas zonas por parte de todos los propietarios, siempre y cuando se respeten los derechos de los demás propietarios y se cumplan las normas establecidas en la comunidad de propietarios. Así, los propietarios tienen derecho a utilizar las zonas comunes para su uso personal, pero deben hacerlo de forma responsable y respetando el uso que se haya establecido para estas zonas.


Además, el derecho a las zonas comunes también implica la responsabilidad de mantener y conservar estas zonas en buen estado. Esto implica que todos los propietarios deben colaborar en su mantenimiento y limpieza, y deben contribuir a los gastos que se deriven de su conservación y mejora.


Es importante destacar que el derecho a las zonas comunes no es absoluto, y está sujeto a ciertas limitaciones establecidas en la Ley de Propiedad Horizontal. Por ejemplo, la utilización de las zonas comunes no puede interferir en el uso y disfrute de las propiedades privadas de los demás propietarios, y debe respetarse el horario establecido para su uso.


En resumen, el derecho a las zonas comunes es un derecho fundamental de los propietarios de una comunidad de propietarios, y se refiere al derecho de utilizar y disfrutar de las zonas comunes del edificio o conjunto residencial. Este derecho implica la libertad de uso y disfrute de las zonas comunes, siempre y cuando se respeten los derechos de los demás propietarios y se cumplan las normas establecidas en la comunidad de propietarios. Además, este derecho también implica la responsabilidad de mantener y conservar las zonas comunes en buen estado y de contribuir a los gastos que se deriven de su conservación y mejora.


Derecho a la información: los propietarios tienen derecho a recibir información sobre la gestión de la comunidad de propietarios y a participar en las decisiones que afecten a la misma.


El derecho a la información es uno de los derechos más importantes que tienen los propietarios en una comunidad de propietarios. Este derecho se refiere a la obligación que tiene la junta de propietarios y el administrador de fincas de proporcionar información detallada y actualizada sobre la situación económica, las obras y reparaciones que se están llevando a cabo, los acuerdos adoptados, los presupuestos, las cuentas, las deudas, los seguros y cualquier otro asunto que afecte a la comunidad.


En este sentido, el derecho a la información se establece en la Ley de Propiedad Horizontal y en los estatutos de la comunidad de propietarios, y se refiere a la obligación de proporcionar información clara, completa y veraz sobre todos los aspectos relevantes que afecten a la comunidad. Esta información debe ser proporcionada de forma regular y transparente, para que los propietarios puedan estar informados y tomar decisiones informadas en relación con la gestión de la comunidad.


Entre las obligaciones de la junta de propietarios y el administrador de fincas en relación con el derecho a la información se encuentran:


Proporcionar información detallada y actualizada sobre la situación económica de la comunidad, incluyendo el estado de las cuentas, los gastos realizados y los ingresos obtenidos.


Informar sobre las obras y reparaciones que se están llevando a cabo en la comunidad, incluyendo los plazos, los costes y el estado de las mismas.


Comunicar los acuerdos adoptados en las juntas de propietarios, y proporcionar copia de las actas y demás documentación necesaria.


Facilitar información sobre los presupuestos, las cuentas, las deudas y los seguros de la comunidad.


Proporcionar información sobre cualquier otro asunto relevante que afecte a la comunidad.


Es importante destacar que el derecho a la información es esencial para una gestión transparente y eficaz de la comunidad de propietarios. Además, la información proporcionada debe ser clara, completa y veraz, para que los propietarios puedan tomar decisiones informadas en relación con la gestión de la comunidad.


En conclusión, el derecho a la información es uno de los derechos más importantes que tienen los propietarios en una comunidad de propietarios. Este derecho se refiere a la obligación de la junta de propietarios y el administrador de fincas de proporcionar información detallada y actualizada sobre todos los aspectos relevantes que afecten a la comunidad. Esta información debe ser proporcionada de forma regular y transparente, para que los propietarios puedan estar informados y tomar decisiones informadas en relación con la gestión de la comunidad.


Derecho a la igualdad: todos los propietarios tienen los mismos derechos, independientemente de su coeficiente de propiedad.


El derecho a la igualdad es un principio fundamental en la Ley de Propiedad Horizontal. Este derecho se refiere a la igualdad de todos los propietarios en cuanto a los derechos y obligaciones que les corresponden en la comunidad de propietarios, sin discriminación alguna por motivos de raza, género, orientación sexual, religión, edad o cualquier otra condición personal o social.


En este sentido, la Ley de Propiedad Horizontal establece que todos los propietarios tienen los mismos derechos y obligaciones en relación con el uso y disfrute de sus viviendas y elementos privativos, así como en relación con el uso y mantenimiento de las zonas comunes y los elementos comunes de la comunidad. Esto significa que ningún propietario puede ser discriminado en el acceso y uso de los servicios y equipamientos de la comunidad, y que todos tienen las mismas oportunidades y responsabilidades.


Además, la igualdad también se refiere a la forma en que se adoptan las decisiones en la comunidad. Según la Ley de Propiedad Horizontal, todas las decisiones deben ser tomadas por la mayoría de los propietarios presentes o representados en la junta de propietarios, y se deben respetar los derechos de todos los propietarios, sin discriminación alguna. Esto significa que ningún propietario puede ser excluido de las decisiones importantes de la comunidad por motivos de discriminación.


Es importante destacar que el derecho a la igualdad es esencial para la convivencia pacífica y la gestión eficaz de la comunidad de propietarios. Todos los propietarios deben ser tratados de manera igualitaria, sin discriminación alguna, y deben tener las mismas oportunidades y responsabilidades en relación con la gestión de la comunidad.


En conclusión, el derecho a la igualdad es un principio fundamental en la Ley de Propiedad Horizontal. Este derecho se refiere a la igualdad de todos los propietarios en cuanto a los derechos y obligaciones que les corresponden en la comunidad de propietarios, sin discriminación alguna por motivos de raza, género, orientación sexual, religión, edad o cualquier otra condición personal o social. La igualdad también se refiere a la forma en que se adoptan las decisiones en la comunidad, y todos los propietarios deben ser tratados de manera igualitaria, sin discriminación alguna. Este derecho es esencial para la convivencia pacífica y la gestión eficaz de la comunidad de propietarios.


Obligaciones de los propietarios:

Los propietarios también tienen una serie de obligaciones que deben cumplir para garantizar el correcto funcionamiento de la comunidad de propietarios. Entre ellas se encuentran:


Contribución a los gastos comunes: cada propietario debe contribuir a los gastos necesarios para el mantenimiento y conservación de las zonas comunes, en función de su coeficiente de propiedad.


La contribución a los gastos comunes es una obligación de todos los propietarios de una comunidad de propietarios, según lo establecido en la Ley de Propiedad Horizontal. Esta obligación se deriva de la necesidad de mantener y conservar las zonas y elementos comunes de la comunidad, tales como ascensores, jardines, portales, piscinas, entre otros.


La contribución a los gastos comunes se realiza en función del coeficiente de propiedad de cada propietario, que viene determinado en el título constitutivo de la propiedad horizontal y que representa la participación de cada propietario en la comunidad en función del valor de su elemento privativo en relación al total de la comunidad.


Es importante destacar que todos los propietarios tienen la misma responsabilidad de contribuir a los gastos comunes, independientemente de si hacen uso o no de las zonas comunes de la comunidad. Esto se debe a que los gastos comunes son necesarios para la conservación y mantenimiento de las zonas y elementos comunes que son esenciales para el funcionamiento y seguridad de la comunidad en su conjunto.


Además, la contribución a los gastos comunes también incluye el pago de las derramas, que son contribuciones extraordinarias que se establecen para cubrir gastos específicos no previstos en el presupuesto anual de la comunidad, como pueden ser reparaciones urgentes o obras de mejora. Las derramas deben ser aprobadas por mayoría en la junta de propietarios, y se distribuyen entre los propietarios en función de su coeficiente de propiedad.


En conclusión, la contribución a los gastos comunes es una obligación de todos los propietarios de una comunidad de propietarios, y se realiza en función del coeficiente de propiedad de cada propietario. Esta contribución es necesaria para el mantenimiento y conservación de las zonas y elementos comunes de la comunidad, y también incluye el pago de las derramas, que son contribuciones extraordinarias para cubrir gastos específicos no previstos en el presupuesto anual. Todos los propietarios tienen la misma responsabilidad de contribuir a los gastos comunes, ya que estos son esenciales para el funcionamiento y seguridad de la comunidad en su conjunto.


Mantenimiento de la propiedad privada: cada propietario es responsable de mantener su propiedad en buen estado, tanto en el interior como en el exterior.


El mantenimiento de la propiedad privada es una responsabilidad que recae sobre cada propietario de una comunidad de propietarios, según lo establecido en la Ley de Propiedad Horizontal. Cada propietario debe asegurarse de que su elemento privativo se encuentre en buen estado y debidamente conservado, para garantizar su uso y disfrute, y también para evitar daños o perjuicios a otros propietarios o a las zonas y elementos comunes de la comunidad.


En este sentido, es importante que los propietarios realicen un mantenimiento adecuado de sus elementos privativos, tales como viviendas, locales, plazas de garaje, trasteros, entre otros. Esto puede implicar la realización de reparaciones y obras de conservación, el mantenimiento de las instalaciones y equipos, y la limpieza y cuidado de los espacios privativos.


Por otro lado, los propietarios también tienen la responsabilidad de notificar a la comunidad y al administrador de fincas cualquier problema o necesidad de reparación en las zonas comunes o elementos comunes de la comunidad. De esta forma, se pueden realizar las acciones necesarias para garantizar su mantenimiento y conservación.


En conclusión, el mantenimiento de la propiedad privada es una responsabilidad de cada propietario en una comunidad de propietarios, y debe realizarse de forma adecuada para garantizar su uso y disfrute, y evitar daños o perjuicios a otros propietarios o a las zonas y elementos comunes de la comunidad. Los propietarios también tienen la responsabilidad de notificar cualquier problema o necesidad de reparación en las zonas comunes o elementos comunes de la comunidad para garantizar su mantenimiento y conservación.


Respeto a las normas: los propietarios deben respetar las normas de convivencia establecidas en la comunidad de propietarios, como horarios de uso de las zonas comunes, prohibición de hacer ruido excesivo, etc.


El respeto a las normas es fundamental en cualquier comunidad de propietarios regida por la Ley de Propiedad Horizontal. Esta ley establece un marco normativo para la convivencia entre los propietarios y regula el funcionamiento y administración de la comunidad, con el fin de garantizar el uso y disfrute de las propiedades privadas y de las zonas comunes, y fomentar la armonía y el bienestar entre los vecinos.


Para lograr una convivencia pacífica y armoniosa, es esencial que los propietarios respeten las normas establecidas en la Ley de Propiedad Horizontal, así como las reglas y acuerdos adoptados por la comunidad en su conjunto. Esto implica cumplir con las obligaciones y responsabilidades que se derivan de la propiedad de un elemento privativo, como el pago de gastos comunes, el mantenimiento y conservación de la propiedad, el respeto a las zonas comunes y a los derechos de los demás propietarios, entre otros.


Además, es importante destacar que los propietarios deben respetar las normas de convivencia y urbanidad en la comunidad, evitando comportamientos que puedan molestar o perturbar a los demás vecinos, como el ruido excesivo, la acumulación de basura, el uso inadecuado de las zonas comunes, entre otros. En este sentido, es recomendable establecer normas de convivencia en la comunidad, a través de reglamentos internos o acuerdos de la junta de propietarios, con el fin de promover una convivencia pacífica y respetuosa entre los vecinos.


En conclusión, el respeto a las normas es fundamental en cualquier comunidad de propietarios regida por la Ley de Propiedad Horizontal. Los propietarios deben cumplir con las obligaciones y responsabilidades que se derivan de la propiedad de un elemento privativo, respetar las normas de convivencia y urbanidad en la comunidad, y acatar las decisiones y acuerdos adoptados por la junta de propietarios. Solo de esta manera se puede lograr una convivencia armoniosa y pacífica en la comunidad.


Participación en las decisiones: los propietarios tienen la obligación de asistir a las juntas de propietarios y participar en la toma de decisiones que afecten a la comunidad.


La participación en las decisiones es un aspecto clave de la vida en comunidad, especialmente en una comunidad de propietarios regida por la Ley de Propiedad Horizontal. Esta ley establece que las decisiones relativas a la administración y gestión de la comunidad deben ser adoptadas por la junta de propietarios, y que todos los propietarios tienen derecho a participar en ella.


En este sentido, la Ley de Propiedad Horizontal establece que los propietarios tienen derecho a participar en las juntas de propietarios, donde se toman las decisiones importantes relativas a la administración y gestión de la comunidad. Para ello, se deben convocar las juntas de propietarios con la debida antelación y con la inclusión en el orden del día de los temas a tratar, para que los propietarios puedan asistir y expresar sus opiniones y sugerencias.


Es importante destacar que la participación en las decisiones no se limita únicamente a las juntas de propietarios. Los propietarios también pueden participar en la gestión diaria de la comunidad, a través de la presentación de propuestas, la realización de sugerencias y la colaboración en la ejecución de tareas y proyectos.


Además, la Ley de Propiedad Horizontal establece la figura del administrador de fincas, quien es el encargado de la gestión y administración de la comunidad. En este sentido, es importante que los propietarios colaboren con el administrador y participen en su gestión, a través de la presentación de sugerencias y la colaboración en la ejecución de tareas.


En conclusión, la participación en las decisiones es un aspecto clave de la vida en comunidad en una comunidad de propietarios regida por la Ley de Propiedad Horizontal. Los propietarios tienen derecho a participar en las juntas de propietarios, a presentar propuestas y sugerencias, y a colaborar en la gestión diaria de la comunidad. Solo de esta manera se puede lograr una gestión eficaz y una convivencia pacífica y armoniosa en la comunidad.


Comunicación de incidencias: los propietarios deben informar a la comunidad de propietarios de cualquier incidencia o problema que puedan afectar a la propiedad o a las zonas comunes.


La comunicación de incidencias es un aspecto fundamental en la gestión de una comunidad de propietarios regida por la Ley de Propiedad Horizontal. Esta comunicación se refiere a la notificación de cualquier problema o situación que pueda afectar a la comunidad, ya sea en relación con los elementos comunes, los elementos privativos o la convivencia en general.


En primer lugar, es importante destacar que la Ley de Propiedad Horizontal establece que los propietarios tienen la obligación de comunicar cualquier incidencia que afecte a la comunidad. Por ejemplo, si se produce una avería en una tubería que afecta a varios propietarios, estos deben notificarlo a la junta de propietarios o al administrador de fincas para que se adopten las medidas necesarias.


Por otra parte, la comunicación de incidencias también puede ser utilizada por los propietarios para informar de situaciones que puedan afectar a la convivencia en la comunidad. Por ejemplo, si un vecino genera ruido excesivo o realiza actividades que perturban la tranquilidad de los demás, los propietarios pueden comunicarlo a la junta de propietarios o al administrador de fincas para que se tomen las medidas necesarias.


Es importante destacar que la comunicación de incidencias debe ser clara y detallada, indicando el lugar, la hora y las circunstancias en que se produjo la incidencia. Además, es importante que se realice de forma inmediata, para poder adoptar medidas que minimicen los efectos de la incidencia en la comunidad.


En conclusión, la comunicación de incidencias es un aspecto fundamental en la gestión de una comunidad de propietarios regida por la Ley de Propiedad Horizontal. Los propietarios tienen la obligación de comunicar cualquier incidencia que afecte a la comunidad, ya sea en relación con los elementos comunes, los elementos privativos o la convivencia en general. Solo de esta manera se puede garantizar una gestión eficaz y una convivencia pacífica y armoniosa en la comunidad.


Es importante que los propietarios conozcan tanto sus derechos como sus obligaciones para poder actuar en consecuencia y contribuir al buen funcionamiento de la comunidad de propietarios. Además, el incumplimiento de las obligaciones establecidas en la Ley de Propiedad Horizontal puede conllevar sanciones y conflictos entre los vecinos, por lo que es fundamental su cumplimiento.


CAPÍTULO III: LA JUNTA DE PROPIETARIOS.

En este capítulo se abordará uno de los órganos más importantes de la comunidad de propietarios: la junta de propietarios. La junta de propietarios es la encargada de tomar las decisiones necesarias para la gestión y el mantenimiento de la comunidad, por lo que es fundamental que los propietarios conozcan su funcionamiento y competencias. A continuación, se detallan los aspectos más relevantes de este órgano:


Funcionamiento de la junta de propietarios:


Convocatoria: la junta de propietarios debe ser convocada por el presidente de la comunidad, quien establecerá la fecha, hora y lugar de la reunión. La convocatoria debe realizarse con una antelación mínima de seis días hábiles.


La convocatoria es un acto fundamental en el funcionamiento de una comunidad de propietarios regida por la Ley de Propiedad Horizontal. Se trata de una comunicación formal que realiza el administrador de fincas o el presidente de la comunidad a todos los propietarios para convocar una reunión de la junta de propietarios.


La convocatoria debe realizarse de forma escrita, especificando el lugar, la fecha y la hora de la reunión, así como el orden del día y los temas que se van a tratar. La Ley de Propiedad Horizontal establece que la convocatoria debe realizarse con una antelación mínima de seis días hábiles, salvo que los estatutos de la comunidad establezcan un plazo superior.


Es importante destacar que la convocatoria debe ser enviada a todos los propietarios, ya sea de forma personal o mediante correo certificado con acuse de recibo. Además, la convocatoria debe incluir un aviso de la celebración de la reunión, así como la indicación de que los propietarios pueden asistir a la misma personalmente o mediante representante debidamente acreditado.


En la convocatoria también se especificará el orden del día de la reunión, es decir, los temas que se van a tratar en la misma. En general, el orden del día debe incluir todos los temas que se consideren relevantes para la comunidad, tales como la aprobación de las cuentas, la elección del presidente de la comunidad, la aprobación del presupuesto, la aprobación de obras o reformas, entre otros.


Es importante destacar que la convocatoria debe cumplir con todas las formalidades legales establecidas en la Ley de Propiedad Horizontal. Si no se cumple con los requisitos legales de la convocatoria, cualquier acuerdo que se adopte en la reunión de la junta de propietarios podría ser impugnado.


En conclusión, la convocatoria es un acto fundamental en el funcionamiento de una comunidad de propietarios regida por la Ley de Propiedad Horizontal. Se trata de una comunicación formal que realiza el administrador de fincas o el presidente de la comunidad a todos los propietarios para convocar una reunión de la junta de propietarios. La convocatoria debe cumplir con todas las formalidades legales establecidas en la Ley de Propiedad Horizontal, y debe ser enviada con la antelación mínima establecida por la ley.


Quórum: para que la junta pueda celebrarse, es necesario que estén presentes o representados al menos la mitad de los propietarios. Si no se alcanza el quórum necesario, se deberá convocar una segunda reunión en la que el quórum requerido será de un tercio de los propietarios.


El quórum es un término utilizado en el ámbito de las comunidades de propietarios para referirse al número mínimo de propietarios que deben estar presentes en una reunión de la junta de propietarios para que se puedan adoptar acuerdos válidos. La Ley de Propiedad Horizontal establece que, salvo que los estatutos de la comunidad establezcan una mayoría diferente, el quórum necesario para la adopción de acuerdos es de la mayoría de los propietarios que, a su vez, representen la mayoría de las cuotas de participación de la comunidad.


Por ejemplo, si una comunidad de propietarios está compuesta por 10 propietarios y cada uno de ellos tiene una cuota de participación del 10%, el quórum necesario para la adopción de acuerdos sería de la mayoría de los propietarios, es decir, 6 propietarios, que a su vez representen la mayoría de las cuotas de participación, es decir, el 51% de las cuotas.


Es importante destacar que la Ley de Propiedad Horizontal establece que los acuerdos adoptados en una reunión de la junta de propietarios deben ser tomados por los propietarios presentes en la reunión o representados por otro propietario con poder suficiente. En otras palabras, el quórum necesario para la adopción de acuerdos se calcula en base a los propietarios que estén presentes en la reunión o que estén representados por otro propietario con poder suficiente.


Es importante que los propietarios estén al tanto del quórum necesario para la adopción de acuerdos en su comunidad de propietarios, ya que esto puede tener una gran influencia en la toma de decisiones y en el funcionamiento de la comunidad en general. Además, es importante que se respeten todos los procedimientos legales establecidos en la Ley de Propiedad Horizontal para garantizar la validez de los acuerdos adoptados en las reuniones de la junta de propietarios.


Adopción de acuerdos: La adopción de acuerdos en una comunidad de propietarios es un proceso fundamental para la toma de decisiones y el funcionamiento de la comunidad en general. Para que un acuerdo sea válido, es necesario seguir ciertos procedimientos y cumplir con ciertos requisitos establecidos en la Ley de Propiedad Horizontal.


En primer lugar, es necesario que el asunto a tratar en la reunión de la junta de propietarios esté incluido en el orden del día y se haya notificado a todos los propietarios con la debida antelación. La Ley de Propiedad Horizontal establece que la convocatoria de la reunión debe incluir el orden del día y debe ser notificada con una antelación mínima de seis días hábiles.


Una vez que se ha convocado la reunión de la junta de propietarios y se ha notificado el orden del día a todos los propietarios, es necesario que se celebre la reunión en la fecha y hora establecidas en la convocatoria. Durante la reunión, los propietarios pueden discutir y debatir el asunto en cuestión y, finalmente, se procede a la votación para adoptar el acuerdo.


Para que un acuerdo sea válido, es necesario que se cumpla con ciertos requisitos de quórum y de mayoría. Como hemos explicado anteriormente, el quórum necesario para la adopción de acuerdos es de la mayoría de los propietarios que, a su vez, representen la mayoría de las cuotas de participación de la comunidad. En cuanto a la mayoría necesaria para la adopción de acuerdos, esto dependerá de la naturaleza del acuerdo en cuestión.


En general, la Ley de Propiedad Horizontal establece que los acuerdos se adoptarán por mayoría simple de los propietarios presentes o representados en la reunión. Sin embargo, para ciertos acuerdos específicos, como la modificación de los estatutos de la comunidad, la realización de obras que afecten a elementos comunes o la instalación de servicios comunes, se requiere una mayoría cualificada de los propietarios presentes o representados en la reunión.


Es importante destacar que los acuerdos adoptados en una reunión de la junta de propietarios son vinculantes para todos los propietarios, incluso para aquellos que no hayan asistido a la reunión o que hayan votado en contra del acuerdo adoptado. En caso de que un propietario no esté de acuerdo con un acuerdo adoptado en una reunión de la junta de propietarios, puede impugnar el acuerdo ante los tribunales si considera que se ha vulnerado la Ley de Propiedad Horizontal o los estatutos de la comunidad.


Competencias de la junta de propietarios:

Aprobar el presupuesto anual de gastos y las cuentas anuales.


Aprobar las obras de mejora que se vayan a realizar en el edificio.


Nombrar y destituir al presidente de la comunidad.


Adoptar medidas para el mantenimiento y conservación de las zonas comunes.


Resolver las reclamaciones que se presenten en relación con el uso de las zonas comunes.


Aprobar las normas de régimen interior.


Decidir sobre la autorización de la realización de obras o instalaciones en las viviendas.


Cualquier otra competencia que le atribuya la Ley de Propiedad Horizontal.


Es importante destacar que las decisiones adoptadas por la junta de propietarios son de obligado cumplimiento para todos los propietarios, por lo que es fundamental que se respeten y se cumplan. Además, los propietarios pueden impugnar los acuerdos adoptados por la junta de propietarios si consideran que vulneran sus derechos o intereses, para lo cual se deben seguir determinados procedimientos establecidos en la ley.


CAPÍTULO IV: PROCEDIMIENTOS PARA LA ADOPCIÓN DE ACUERDOS.

En este capítulo se detallarán los procedimientos para la adopción de acuerdos en la junta de propietarios. Es importante tener en cuenta que estos procedimientos son fundamentales para garantizar la validez de los acuerdos adoptados y evitar futuros conflictos entre los propietarios.


Convocatoria de la junta:

Como ya se mencionó en el capítulo anterior, la junta de propietarios debe ser convocada por el presidente de la comunidad con una antelación mínima de seis días hábiles. La convocatoria debe incluir el orden del día, que debe ser claro y preciso, y en el que se detallen los asuntos que se van a tratar en la reunión.


Quórum necesario para la adopción de acuerdos:

Para la adopción de acuerdos, es necesario que estén presentes o representados en la junta al menos la mitad de los propietarios, que a su vez representen la mitad de las cuotas de participación. Si no se alcanza el quórum necesario, se deberá convocar una segunda reunión en la que el quórum requerido será de un tercio de los propietarios, que a su vez representen la mitad de las cuotas de participación.


Debate y adopción de acuerdos:

La adopción de acuerdos en la junta de propietarios es uno de los aspectos más importantes de la Ley de Propiedad Horizontal, ya que a través de ellos se toman decisiones que afectan a la gestión y administración de la comunidad.


En la junta de propietarios, se debe fomentar el debate y la discusión de los distintos puntos del orden del día, para que los propietarios puedan expresar sus opiniones y llegar a un acuerdo de forma consensuada.


Para que un acuerdo sea adoptado, es necesario que se cumplan ciertos requisitos, como la convocatoria en tiempo y forma, la presencia de quórum suficiente y la adopción del acuerdo por mayoría simple o cualificada, según el caso.


Una vez que se ha debatido un punto del orden del día y se ha llegado a un acuerdo, este debe ser recogido en un acta, que debe incluir los acuerdos adoptados, el resultado de las votaciones y las incidencias ocurridas durante la junta.


Es importante que todos los propietarios tengan acceso al acta de la junta de propietarios, ya que esta es la forma en que se garantiza el derecho a la información y se evitan malentendidos o confusiones respecto a los acuerdos adoptados.


En caso de que un propietario no esté de acuerdo con un acuerdo adoptado por la junta, puede impugnarlo en el plazo de tres meses desde su adopción, siempre y cuando se cumplan los requisitos establecidos por la ley.


Impugnación de acuerdos:

Los propietarios que no estén conformes con los acuerdos adoptados en la junta de propietarios tienen un plazo de un mes para impugnarlos ante los tribunales. La impugnación debe ser fundamentada y debe presentarse ante el juez de primera instancia del lugar donde se encuentre la finca. Es importante destacar que la impugnación no suspende la ejecución del acuerdo adoptado, salvo que el juez acuerde otra cosa.


La Ley de Propiedad Horizontal establece que los acuerdos adoptados por la junta de propietarios pueden ser impugnados si se consideran contrarios a la ley o a los estatutos de la comunidad, o si se han adoptado con vulneración de los procedimientos establecidos.


El plazo para impugnar un acuerdo es de tres meses desde su adopción, y debe hacerse mediante demanda judicial presentada en el juzgado de primera instancia del lugar donde esté situada la finca.


Es importante destacar que la impugnación de un acuerdo no suspende su ejecución, salvo que se solicite la medida cautelar correspondiente y ésta sea concedida por el juez.


Además, la impugnación de un acuerdo no afecta a la validez de los demás acuerdos adoptados en la misma junta, salvo que éstos estén íntimamente relacionados con el acuerdo impugnado y dependan de su existencia o contenido.


Es recomendable que antes de llegar a la impugnación de un acuerdo se intente resolver el conflicto a través de medios de conciliación o mediación, ya que esto puede evitar un largo proceso judicial y los costos que ello conlleva.

En resumen, los procedimientos para la adopción de acuerdos en la junta de propietarios son fundamentales para garantizar la validez y cumplimiento de los acuerdos adoptados. Es importante que los propietarios conozcan estos procedimientos y los respeten, para evitar conflictos y garantizar una convivencia pacífica y armoniosa en la comunidad.


CAPÍTULO V: EL ADMINISTRADOR DE FINCAS.

En este capítulo se abordará el papel del administrador de fincas en la comunidad de propietarios, sus funciones y responsabilidades.


Nombramiento del administrador:

El administrador de fincas es una figura clave en la gestión y administración de la comunidad de propietarios. Su nombramiento puede ser realizado por la junta de propietarios, por un periodo determinado de tiempo y con la posibilidad de ser renovado.


Funciones del administrador:

Las funciones del administrador de fincas son variadas y se centran en la gestión y administración de la comunidad de propietarios. Algunas de las funciones más comunes son las siguientes:


Convocar y presidir las reuniones de la junta de propietarios, así como redactar el acta de las mismas.

Realizar el seguimiento y control de los pagos de las cuotas de participación y los gastos comunes de la comunidad.

Gestionar el mantenimiento y conservación de las zonas comunes de la finca.

Realizar la contratación de servicios para la comunidad, como empresas de limpieza o reparaciones.

Actuar como representante legal de la comunidad en las relaciones con terceros, como empresas proveedoras o administraciones públicas.


Responsabilidades del administrador:

El administrador de fincas tiene una serie de responsabilidades en su papel de gestor y administrador de la comunidad de propietarios. Entre las principales responsabilidades se encuentran:


La obligación de cumplir y hacer cumplir la Ley de Propiedad Horizontal y los estatutos de la comunidad.

La obligación de actuar con diligencia y prudencia en la gestión de los asuntos de la comunidad, velando siempre por los intereses de los propietarios.

La obligación de mantener informados a los propietarios sobre la situación y gestión de la comunidad.

La responsabilidad por las posibles infracciones o incumplimientos que pueda cometer en su gestión de la comunidad.

Retribución del administrador:

La retribución del administrador de fincas es fijada por la junta de propietarios y debe ser adecuada y proporcional a las funciones y responsabilidades que asume. La Ley de Propiedad Horizontal establece que la retribución del administrador debe ser razonable y acorde con el mercado.


En resumen, el administrador de fincas es una figura clave en la gestión y administración de la comunidad de propietarios. Sus funciones y responsabilidades son variadas y se centran en la gestión y administración de la finca. La retribución del administrador debe ser adecuada y proporcional a las funciones y responsabilidades que asume. Es importante que los propietarios conozcan y respeten el papel del administrador, para garantizar una convivencia pacífica y armoniosa en la comunidad.


CAPÍTULO VI: LA LEY DE PROPIEDAD HORIZONTAL Y LAS VIVIENDAS TURÍSTICAS

En este capítulo se abordará la relación entre la Ley de Propiedad Horizontal y las viviendas turísticas, un tema de gran relevancia en la actualidad debido al aumento del alquiler de viviendas para uso turístico a través de plataformas digitales como Airbnb o Booking.


Definición de viviendas turísticas:

Las viviendas turísticas son aquellas que se alquilan para estancias cortas, ya sea para turismo o para otros fines, y que no constituyen la residencia habitual del arrendatario. En general, estas viviendas se ofrecen a través de plataformas digitales de alquiler vacacional.


Problemática de las viviendas turísticas en comunidades de propietarios:

El alquiler de viviendas para uso turístico en comunidades de propietarios puede generar una serie de problemas, como la molestia a otros propietarios por el uso de las zonas comunes, el aumento del tránsito de personas y la falta de control sobre los inquilinos. Por esta razón, la Ley de Propiedad Horizontal establece una serie de normas para regular la actividad de alquiler turístico en las comunidades de propietarios.


Regulación del alquiler turístico en la Ley de Propiedad Horizontal:

La Ley de Propiedad Horizontal establece que el uso de las viviendas debe ser conforme a la naturaleza de la finca y a las normas de convivencia, lo que implica que el alquiler turístico de viviendas en comunidades de propietarios está permitido siempre y cuando se cumplan las normas de la comunidad y no se generen molestias a los vecinos.


Asimismo, la Ley de Propiedad Horizontal establece que la actividad de alquiler turístico debe ser comunicada previamente a la comunidad de propietarios, a través del administrador o del propietario interesado, y debe contar con la autorización expresa de la junta de propietarios.


Limitaciones al alquiler turístico en la Ley de Propiedad Horizontal:

La Ley de Propiedad Horizontal establece también que la actividad de alquiler turístico no puede alterar la convivencia en la comunidad de propietarios, lo que implica que se pueden establecer limitaciones al alquiler turístico en determinadas zonas de la finca o en ciertos periodos del año, siempre y cuando se justifique la necesidad de estas limitaciones y se respete el derecho de propiedad de los propietarios.


Sanciones por incumplimiento de las normas:

La Ley de Propiedad Horizontal establece también la posibilidad de sancionar a los propietarios que incumplen las normas de la comunidad en relación con el alquiler turístico, incluyendo la posibilidad de imponer multas o incluso la de rescindir el contrato de arrendamiento.


En resumen, la Ley de Propiedad Horizontal establece una serie de normas para regular el alquiler turístico en las comunidades de propietarios, con el objetivo de garantizar la convivencia pacífica entre los vecinos y evitar molestias a otros propietarios. Es importante que los propietarios conozcan estas normas y las respeten, para garantizar una convivencia armoniosa en la comunidad.


CONCLUSIONES


La Ley de Propiedad Horizontal es una normativa que regula la organización y funcionamiento de las comunidades de propietarios en España. A lo largo de este libro hemos abordado los principales aspectos que rigen esta ley, desde los conceptos básicos hasta la regulación del alquiler turístico en las comunidades de propietarios.


Es importante destacar que la Ley de Propiedad Horizontal es una normativa que tiene por objetivo proteger los derechos y garantías de los propietarios, y que establece las normas necesarias para garantizar una convivencia pacífica y armoniosa en la comunidad. Por ello, es fundamental que los propietarios conozcan y respeten estas normas, para evitar conflictos y garantizar una buena convivencia entre los vecinos.


Además, la figura del administrador de fincas cobra especial importancia en la Ley de Propiedad Horizontal, ya que es el encargado de gestionar la comunidad de propietarios y velar por el cumplimiento de las normas establecidas. Por ello, es importante elegir un buen administrador que tenga conocimientos sólidos sobre la ley y que tenga capacidad para gestionar de forma eficiente y transparente los recursos de la comunidad.


En cuanto al alquiler turístico en las comunidades de propietarios, es un tema de gran actualidad debido al aumento de esta actividad en los últimos años. La Ley de Propiedad Horizontal establece normas claras para regular esta actividad, con el objetivo de garantizar la convivencia pacífica entre los vecinos y evitar molestias a otros propietarios. Es fundamental que los propietarios que quieran alquilar su vivienda para uso turístico conozcan estas normas y las respeten, para evitar sanciones y conflictos en la comunidad.


En definitiva, la Ley de Propiedad Horizontal es una normativa fundamental para garantizar la convivencia pacífica y armoniosa entre los propietarios de una comunidad, y su conocimiento y cumplimiento son esenciales para evitar conflictos y garantizar el buen funcionamiento de la comunidad.



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